CRÓNICA DE UN ROCÍO DE ESPERANZA

CRÓNICA DE UN ROCÍO DE ESPERANZA

19/05/2021

Son solo las 6:30 de la mañana y las calles se van llenando poco a poco de romeros con un destino marcado en el corazón.

rocio

Amanece un nuevo día con una brisa suave que recorre las calles. Todos aguardan uno de los momentos más esperados del año. Por si no lo saben, hoy es miércoles de mayo en Olivares. Los niños y niñas que visten de corto y flamenca caminan de la mano de sus padres y abuelos. El destino, la plaza del pueblo. La ilusión se traduce en abrazos y sonrisas de oreja a oreja. Las mujeres lucen y estrenan sus trajes de flamenca. El rojo, comentan, es el color que se lleva este año.

La plaza del pueblo se ha llenado de peregrinos y personas que, por motivos, no pueden realizar este año el camino. Son las 7:00 de la mañana y da comienzo la misa de romeros. Al término, el prioste de la hermandad coloca el simpecado en la carreta. Da comienzo un repertorio de cantes rocieros que acompañarán al simpecado hasta la aldea. Olivares está de fiesta. Un año más queda inaugurado la romería que ya va camino de alcanzar los ochenta años de historia. La gente sale de sus casas para asomarse a ver el simpecado y a los rocieros que caminan detrás de él. Los cantes no cesan. El cielo se llena de pólvora. El boyero guía la carreta de plata. Está preciosa. Adornada con flores naranjas y amarillas, ya afloran los primeros rayos de sol del día. El simpecado, de terciopelo rojo y plata fina, luce como nunca. La romería ya enfila la popular “Calle Larga” camino a la primera de sus paradas. Recorren la calle Heliche para llegar a su capilla a las 8:30. Esta es la última de sus paradas en el pueblo, la última oportunidad para despedir a la romería en el pueblo. Suenan los cohetes y repican las campanas. El cielo, ya abierto, luce un azul espectacular. A las 20:30 se siente El Rocío un poco más cerca. La romería ya ha llegado a Aznalcázar. Se aproxima el popular “Paso del Quema”. El cansancio aún no ha llegado. Es momento de arremangarse.

El sol ya empieza a caer. Las mujeres se recogen sus trajes con sumo cuidado. Primero los caballos y después el simpecado rodeado de peregrinos. Todos cruzando El Quema. El agua está fría. Una multitud de curiosos y faltos de valentía se sitúan en las orillas como espectadores. Se bautizan a los rocieros y rocieras que han hecho su primer camino. El tamborilero, Tomás, banda sonora de la romería, brinda unos sones rocieros al momento. Suena la salve. La noche está a punto de llegar, empieza a hacer frío y el cielo se empieza a cerrar.

Como cada año, la hermandad “pernocta” en Aznalcazar. El alcalde carretas cobra protagonismo al colocar las carretas en orden para pasar la primera de las noches en el camino. Se nota el relente en el ambiente y el cansancio acecha. Todos y todas saben que mañana, a primera hora de la mañana, harán su presentación en Villamanrique, la antesala del Rocío. Los abuelos cuentan experiencias de otros caminos, los niños y niñas juegan entre los pinares de Aznalcázar, se hablan de los primeros días de camino y de lo guapa que está vestida este año la Virgen del Rocío. Después de la cena y momentos de hermandad, es hora de irse a dormir.

La mañana del jueves comienza con un sol tempranero celoso del alba. Tomás, el tamborilero, hace su ruta tradicional de despertar a los peregrinos. El alba, lo llaman. Bien pronto han caído los primeros rayos de sol sobre los pinares de Aznalcázar. La romería cobra forma rápido. Al llegar a Villamanrique siete escalones la están esperando.

El cielo luce un celeste radiante, la plaza de Villamanrique está expectante a la llegada de la primera de las hermandades del jueves en hacer su presentación: Olivares. Los caballos se colocan al fondo, el simpecado sube los escalones. Al igual que en el paso del Quema, este es ayudado por los hermanos y hermanas. Ahora solo queda caminar. El calor acecha y solo un grupo de valientes acompañan al simpecado bajo el calor incesante. Son las 12:30 de la mañana y toca afrontar “La Raya”. Este popular camino de tierra firme y un polvo que desgasta el alma. La gente utiliza los pañuelos para ocultarse del polvo que levanta el camino. Las medallas se vuelven renegrías. El boyero da de beber a sus bueyes. Aprovechan las zonas de sombras para realizar descansos.

Dos horas tarda el Rocío de Olivares en cruzar “La Raya Real”. Van sonando sevillanas que recuerdan a quienes peregrinan la belleza que se esconde detrás de esa nube de polvo. Las medallas se vuelven renegrías El boyero da de beber a sus bueyes.

Una vez cruzada “La Raya”, llegan a las puertas del cielo. La aldea está calmada. Algunas hermandades ya han llegado, otras siguen en el camino. El calor ha dejado de ser incesante, pues algunas nubes cubren el cielo. Un año más Olivares ha llegado a la aldea. Una vez llegados a la casa de la hermandad, colocan la carreta con los sones del tamborilero. Suena “La Salve Rociera”. Olivares ha llegado y espera al lunes para, como cada primavera, verla otra vez. Al Rocío con Olivares.